Blogia
Seamos razonables

¿Te duele?

El otro día, en un bar, le hice a una atractiva señorita lo que mi abogado más tarde describiría como un "comentario inapropiado". A mí me pareció de lo más apropiado, ya que mi intención era follármela a cuatro patas y así se lo hice saber, pero me estoy desviando del tema.

El caso es que la dama en cuestión no respondió a mi galanteo de la forma esperada, y lo que hizo fue abofetearme de forma sonora y dolorosa. Inmediatamente se produjo un silencio en el bar, y todos los ojos se fijaron en nosotros, de forma que todo el mundo tuvo una buena perspectiva de mi respuesta: le crucé la cara de un bofetón, y cayó al suelo llorando y sangrando por la nariz.

¿Y qué diríais que pasó entonces? No os lo váis a creer: la chusma del bar empezó a increparme, a decirme cosas muy hirientes para mí y para mi señora madre, y llegaron al extremo de sujetarme entre varios que no escapara (no hacía falta, tenía un cubata a medias y ninguna intención de irme) hasta que llegó la policía.

¿Pero qué pasa? Pensaba que nos estábamos peleando. Si yo le pego un puñetazo a alguien, lo mínimo que espero es que responda, ¿no?

Bueno, pues eso no es lo que opina la policía, ni el juez que lleva el caso. No han tratado el caso como una pelea en un bar, sino como una agresión. Agresión. Yo la agredí a ella. Contemos, a ver si es que me he liado con los números: ella me dio una bofetada, yo le di una bofetada; me suena a un intercambio justo de golpes, ¿no? Me he pasado las últimas semanas repitiendo "ella pegó primero", pero sencillamente no me han escuchado. ¿Tan difícil es de entender?

Vamos a ver, la mujer media es más débil que el hombre medio. Es decir, normalmente un hombre ganará a una mujer en una pelea. Pues si lo saben, ¿por qué cojones nos pegan? ¿Y encima tenemos que dejarnos? Me niego a formar parte de esta conspiración internacional para permitir a los débiles golpear a los fuertes. Igual que a mí jamás se me ocurriría pegar a un gorila de dos metros y brazos como troncos de arbol, tú no me levantas la mano a mí, bonita.

Que todas las mujeres que me escuchan sepan que la próxima bofetada que me lleve, la devolveré. Y pego fuerte.

Y animo a los hombres que me lean que hagan lo mismo, a ver si acabamos con tanta tontería de una puta vez.

1 comentario

sicologus -

Eres basura. Y te has perdido en los números, empezaste tú ofendiendola como un gilipollas y ella se defendió con lo que podía. Fin de la historia, hasta que hiciste gala de tu cobardía, maricon